sábado, 24 de noviembre de 2012

Casa verde

Dejé crecer
         el pasto
               alrededor de mi casa
                       sin límite alguno.

Así entró
      alegre
          por las ventanas
invadió poco a poco
cada mínimo espacio
trepó al techo
              (hebras y hebras hacia un cenit inaudito)
cobijó ecosistemas
        múltiples formas de vida
             de todos los tamaños y colores
algunas se expresaban con ruidos
otras se comunicaban
mediante olores o miradas
todas reconocían
a sus hermanos
cada una abocada a su tarea
algunas saludaban al sol
             otras a la luna
todas vivían
            y dejaban vivir.

Fue entonces que me invadió
una angustia genética y ancestral
            al sentirme tan humano.

Y en mi casa ahora verde
repleta de clorofila
antenas
     patas
         alas
            pelos
me dormí
en el inabarcable silencio
             de la tarde
                    filosa
                       plateada
                            arcaica.

Soñé (una,
         dos,
            cien,
               mil veces,
                    como en un eterno loop):
algún día regresaremos
         al placer de la tierra húmeda
            y miraremos erguidos
               hacia el futuro.

Pablo Javier Piacente.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Zumban en la fiebre

Inmensas moscas
con preciosos
                 ojos
                 cielo
me protegen en mis sueños.

Ellas me hablan
de una cálida luz
            que las ha creado
y de tímidos soles
            que las llaman en el ocaso.

Cuando abro los ojos
las veo
           clavadas en mis anhelos
llorando
           por esa porción de la realidad
esfumada.

Pero ahí están.
Hablan y ríen.
Su lenguaje húmedo me seduce
y el sueño
               regresa.

¿Habrá agua fresca al despertar?

Pablo Javier Piacente.