lunes, 15 de junio de 2015

Existencia

A Danilo.

Kilómetros y kilómetros de valles, desiertos y urbes
me separaron de tus ojos.
Pero el extraño llamado de la sangre
creó un hilo invisible
y me hizo verte en cada noche ciega
de este páramo de salitre que ni siquiera intuiste.
No bastó tanta savia-luz derramada
en tu inconmensurable y silenciosa lucha
para que puedas aferrarte a esta vida de claroscuros
y súbitos giros que nos paralizan.
No importa.
La existencia no se mide en años vividos
ni con la vara de la lenta ceremonia repetida
de los soles y las lunas.
Si el amor puede más que la muerte
tu sonrisa atravesará el tiempo
y regresará a ese vientre primario
que te espera
por siempre.

Pablo Javier Piacente.