domingo, 15 de septiembre de 2019

La casa sin tiempo



Conozco una casa sin tiempo.
Con sonrisas que se escuchan lejanas
porque vienen desde el pasado,
con muebles humedecidos y maltrechos
por el peso físico,
                   real,
                        tangible,
de años acumulados en una memoria
tan honda y prodigiosa
como vana y caprichosa,
que elige recuerdos
sin orden ni ley alguna,
que borra para siempre esos momentos
de leves risas transformadas
        en gélidas,
                           pesadas,
                lagunas de llanto.

Pablo Javier Piacente.

Imagen de Peter H en Pixabay