sábado, 20 de abril de 2013

Hundirse

En el fondo del mar,
azul traslúcido.
Piedra como agua en las pupilas.

Madera deshilachada,
un barco con vidas congeladas
y los ecos de nombres
        que en la superficie
                   ya no suenan.

Si el naufragio
          fue olvido,
el recuerdo hoy se hizo luz
          en los ojos ovalados
          de un pez que piensa con burbujas.

La rueda del cielo parece detenerse
cuando las olas no rugen,
pero un sonido a magma
          se hace omnipresente
si sobre la cabeza   
          el agua pesa
                    como un dolor,
                    un grito ahogado
entre la vida más antigua.

Pablo Javier Piacente.

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