Inmensas moscas
con preciosos
ojos
cielo
me protegen en mis sueños.
Ellas me hablan
de una cálida luz
que las ha creado
y de tímidos soles
que las llaman en el ocaso.
Cuando abro los ojos
las veo
clavadas en mis anhelos
llorando
por esa porción de la realidad
esfumada.
Pero ahí están.
Hablan y ríen.
Su lenguaje húmedo me seduce
y el sueño
regresa.
¿Habrá agua fresca al despertar?
Pablo Javier Piacente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario