domingo, 31 de octubre de 2021

La carne y el silencio



El agua del tiempo corre,

veloz e indomable,

para mostrarnos la fugacidad de la carne

y la eternidad de lo inasible.

En el frenesí terrestre no lo vemos,

somos bestias dispuestas a todo

por un pedazo de rojiza carne

arrancada de las entrañas de nuestro hermano.

Pero las aguas indómitas de la eternidad

tapan los cuerpos y sepultan las pasiones.

De todo

solo quedará el viento. 

Un inabarcable y atroz silencio.


Por Pablo Javier Piacente.


Imagen: Daniele Colucci en Unsplash.

domingo, 11 de julio de 2021

"Mínimo" (2021) - Pablo Javier Piacente




Más Información en:

https://archive.org/details/minimo-pablo-javier-piacente/

Letra y música: Pablo Javier Piacente.


Herramientas utilizadas por el autor e intérprete: sintetizador de voz, loops y ritmos electrónicos,

sintetizadores virtuales, grabaciones multimedia, grabaciones de ambiente, software de audio, 

manipulación sonora por ordenador, sonidos de libre descarga disponibles en Internet.


Foto de portada: Émile Séguin en Unsplash. 


Textos: 


El alma del fuego


Sangre de animal degollado 

corriendo 

por madera vieja.

El filo del largo cuchillo

refleja

un haz de luz,

un sol a mitad de cielo

incendiando la tarde.

En el rancho corren niños.

En el patio,

el animal muerto sobre la tierra roja

con los ojos abiertos y secos,

con un río de sangre caliente 

marcando su camino al olvido. 

Los niños pasan gritando,

saltan sobre el cuerpo

con la inocencia de la vida nueva.

Nacen las horas,

crujen las brasas,

el animal en los platos,

el vino dulce en los vasos sucios, 

los rostros pesados sudando el alma del fuego,

los niños comiendo.


La tarde cayendo.


--


Perplejo


¿Será que puedo contener toda la nada en mi mano?

¿Será que puedo comprimir al universo en mi puño cerrado?

Quizás ser Dios es jugar a los dados

pero con dados blancos, vacíos, innumerados,

cuyo único resultado 

    sea una eterna duda.


La profunda perplejidad de lo innombrado.


--


Suficiente


Aquí estoy.

Consciente de lo visible y de lo invisible.

Parado sobre mis certezas y mis dudas.

Dispuesto a dejarme llevar por el asombro

y por el remolino bestial del tiempo,

que todo lo invierte con sus pesadas agujas de silencio,

con su arena de nadas,

con su agua lunar 

y la perfecta multiplicación de los soles.


Aquí estoy.

Con mis soledades y mis otros.

Con mis ansias y mis cansancios.

Con la lluvia pesada de los años

y la ingravidez de cada nuevo sueño.

Entre alaridos de los odiadores de la vida

y cantos corales de los que enfrentan a la muerte.

Entregándome a la sabiduría del bosque

y perdiéndome en la ignorancia de la urbe,

siempre sonora, 

siempre asfixiante.


Aquí estoy.

Y es más que suficiente.


--


El títere


Viene a mi cabeza una música vieja,

una melodía que no escucho desde la infancia.

¿Qué indescifrable capricho 

          de la energía indómita que nos puebla

desencadena un recuerdo no deseado?

¿Por qué súbitamente se unen los tiempos

(ayer y hoy, 

          mañana y ayer)

para hablarme de cosas que ya no entiendo?

¿A dónde van tantos instantes congelados,

tanto polvo acumulado por eones,

tantas lágrimas que mutan en risas?

Se esfuman en un parpadeo,

renacen vívidas, sonoras y coloridas en otro,

y vuelven a desaparecer.

Quizás alguien las maneja 

desde algún extraño lugar 

         de nada y aire.


Yo soy solo un títere

   moviendo la cabeza.


--


Grabado y editado en Mar del Plata, Argentina. Julio de 2021.


Una producción de Sonido Cuántico Netlabel

http://sonidocuantico.blogspot.com.ar/

Lanzamiento especial para el Netlabel Day 2021.

martes, 11 de mayo de 2021

El títere



Viene a mi cabeza una música vieja,

una melodía que no escucho desde la infancia.

¿Qué indescifrable capricho 

          de la energía indómita que nos puebla

desencadena un recuerdo no deseado?

¿Por qué súbitamente se unen los tiempos

(ayer y hoy, 

          mañana y ayer)

para hablarme de cosas que ya no entiendo?

¿A dónde van tantos instantes congelados,

tanto polvo acumulado por eones,

tantas lágrimas que mutan en risas?

Se esfuman en un parpadeo,

renacen vívidas, sonoras y coloridas en otro,

y vuelven a desaparecer.

Quizás alguien las maneja 

desde algún extraño lugar 

         de nada y aire.


Yo soy solo un títere

 moviendo la cabeza.


Por Pablo Javier Piacente.


Imagen:   Jose Francisco Morales / Unsplash.

lunes, 15 de febrero de 2021

Suficiente



Aquí estoy.

Consciente de lo visible y de lo invisible.

Parado sobre mis certezas y mis dudas.

Dispuesto a dejarme llevar por el asombro

y por el remolino bestial del tiempo,

que todo lo invierte con sus pesadas agujas de silencio,

con su arena de nadas,

con su agua lunar 

y la perfecta multiplicación de los soles.


Aquí estoy.

Con mis soledades y mis otros.

Con mis ansias y mis cansancios.

Con la lluvia pesada de los años

y la ingravidez de cada nuevo sueño.

Entre alaridos de los odiadores de la vida

y cantos corales de los que enfrentan a la muerte.

Entregándome a la sabiduría del bosque

y perdiéndome en la ignorancia de la urbe,

siempre sonora, 

siempre asfixiante.


Aquí estoy.

Y es más que suficiente.



Por Pablo Javier Piacente.


Imagen: Ricardo Gómez Ángel en Unsplash.

Perplejo



¿Será que puedo contener toda la nada en mi mano?

¿Será que puedo comprimir al universo en mi puño cerrado?

Quizás ser Dios es jugar a los dados

pero con dados blancos, vacíos, innumerados,

cuyo único resultado 

    sea una eterna duda.


La profunda perplejidad de lo innombrado.



Por Pablo Javier Piacente.


Imagen: Sasha Freemind en Unsplash.