Por Pablo Javier Piacente.
Sentado cómodamente en su sofá, un hombre pensó: "no creo en los sueños, solamente en aquello que puedo ver y tocar, como mi cuerpo, mi casa, mi perro o estas monedas. Las cosas son la única verdad".
Años después, el hombre y el perro ya eran polvo, la casa se había derrumbado luego de un terremoto y las monedas habían perdido completamente su valor, aunque seguían allí.
Otro hombre, un linyera de edad avanzada cubierto con harapos, pasó por el lugar y vio las monedas resplandecientes entre los escombros. Las tomó y pensó: "me echaré a dormir aquí y soñaré que soy rico. La única verdad está en los sueños".
Image by Kasun Chamara from Pixabay
Pablo Javier Piacente. Música y poesía. Comunicación y cultura. Canciones, poesía sonorizada, experimentos sonoros, textos. Sonidos y palabras para intentar describir un universo en constante cambio, los ruidos del caos, la paz de la armonía, blanco y negro, Yin-Yang, espejos enfrentados..
sábado, 18 de abril de 2020
lunes, 6 de abril de 2020
Afuera, sangre
Tengo sangre en las venas.
No descubro nada nuevo.
¿Pero qué pasaría si
abruptamente
mi sangre tuviera voluntad, libre albedrío,
para salir sin pedir permiso
de mi cuerpo escuálido y blanquecino?
No podría decirle que no a mi sangre.
Ella
llena de vida los rincones más oscuros
de mi ser,
irriga en silencio a cada segundo
órganos
que no conozco,
entrega generosa
su alma escarlata
y no se detiene.
Sigue fluyendo, siempre,
no importa que suceda afuera
o en los pliegues de mi piel.
¡Cómo trabaja la sangre!
¡Es un ejemplo de laboriosidad desinteresada!
Sería la mejor obrera
para algunos patrones
que parecen no tenerla.
Escribo estos versos que la nombran
y sigue activa,
duermo entre almohadas de metal
en la ciudad callada
y se mantiene vigorosa,
caliente,
amable compañera,
vertiginosa.
¿Cómo podría negarle a mi sangre
un paseo por este mundo hueco?
Él la necesita para humedecerse,
para despertar de su letargo de siglos,
para crear ríos de pasión
allí donde reina la abulia,
para alimentar a su corazón ennegrecido.
Si se requiere mi sangre la entrego,
la dono,
a esta causa urgente
de reanimación planetaria.
Si ella lo desea
que salga ahora de mis venas agrietadas
y bañe en un instante
toda esta tierra infecta.
Pablo Javier Piacente.
Image by Gerd Altmann from Pixabay
domingo, 5 de abril de 2020
"Recreado" (2020) - Pablo Javier Piacente
“Recreado” (2020)
Pablo Javier Piacente
1-El caminante
2-El pulso infinito
3-Camino de fuga
4-Eterna sed
5-Isla y noche
6-El hilo invisible y la humildad
7-En espera del sol
Letra y música: Pablo Javier Piacente.
Una producción de Sonido Cuántico Netlabel:
Licencia:
Creative Commons - Attribution-NonCommercial 4.0
International (CC BY-NC 4.0)
Esta producción incluye tres temas inéditos (“El caminante”,
“El hilo invisible y la humildad” y “En espera del sol”), junto a cuatro piezas
que pueden denominarse “recreaciones”, ya que integran y combinan partes de
temas ya editados. En “El pulso infinito”
se integran “El pulso del universo” (2009) y “Triste mortal en lo infinito”
(2009); en “Camino de fuga” se unen
“Camino hipnótico” (2018), “Evasión” (1997, reeditado en 2009) y la poesía
“Lodo”, incluida en el poemario “Poesía verdad” (2019); en “Eterna sed” se combinan “Sol” (2018) y “Las llaves del edén”
(1999, reeditado en 2009) y en “Isla y
noche” se fusionan “Isla” (2018) con la poesía “La noche”, incluida en el
poemario “Laberinto de quimeras” (1994).
Grabados, mezclados y editados en Mar del Plata, Argentina.
Herramientas utilizadas por el autor e intérprete: voz, sintetizador
de voz, loops y ritmos electrónicos, teclados, sintetizadores virtuales,
grabaciones multimedia, grabaciones de ambiente, software de audio,
manipulación sonora por ordenador, sonidos de libre descarga disponibles en
Internet.
DESCARGA EN CALIDAD WAV, CON AUDIO, INFORMACIÓN Y GRÁFICA AQUÍ.
DESCARGA EN CALIDAD WAV, CON AUDIO, INFORMACIÓN Y GRÁFICA AQUÍ.
Textos, por Pablo Javier Piacente:
1-El caminante
Camino por la misma calle que hicieron hombres hoy muertos,
que pisaron a diario miles de hombres hoy enterrados, que escupieron borrachos
hoy sepultados bajo cientos de capas de años. La calle es la misma: el asfalto,
el empedrado o las baldosas pueden cambiar pero su presencia sigue intacta,
siento su superficie que me contiene mientras camino, intuyo sus desniveles
grabados en mi memoria.
¿Dónde están, en cambio, tantos hombres que la pisaron y hoy
se pudren bajo tierra? ¿Querrán sus manos de huesos alcanzar este tiempo que yo
vivo con las ansias de un niño que busca un dulce? ¿Recordarán el sonido de las
primeras pisadas de sus hijos por esta calle, o el súbito encuentro con el amor
en una tarde cualquiera, repetida pero única? ¿Dónde habrán quedado sus sueños,
sus frustraciones y sus anhelos? ¿Dónde quedarán tantas palabras de mi boca
cuando esta calle ya no me recuerde?
Bajo el pesado manto del tiempo, impune e impertérrito, los
ojos de Dios miran el ocaso y los últimos rayos del sol bañan la calle. Se
encienden mis zapatos.
2-El pulso infinito
Punto en todos los puntos
Luz que fluye de todas las cosas
Luna magnética que nos atrae al centro
Cielo verde dentro de tus ojos.
Círculo concéntrico tras círculo concéntrico
Agujero negro que consume el tiempo
Energía que viaja hacia la nada
para renacer en tu cuerpo
Infinita
Como la matemática
progresión de los días
Interminable
Como el devenir de la vida
que revive
microscópica
en el fondo de océanos rojos.
A la vez
la muerte concreta su diaria
ceremonia
de pájaros
antidiluvianos
que viajan
por secretas cavernas de lodo.
Pero ahí
invisible y potencialmente perfecta
está la vida nadando en un recuerdo muerto
haciendo perenne un momento que es
Todos los momentos
En los impulsos eléctricos de una neurona
que puebla
tu atormentado cerebro
de triste
mortal.
3-Camino de fuga
Y volar sin pensarlo más
Y escapar de esta realidad
Hoy.
Y crear un nuevo lugar
Alguna razón nada más
Hoy.
Debería
buscar canciones
y seguir.
Serviría
alguna vez
sólo vivir.
Y tu voz se va ya de aquí
Y el tiempo se vuelve cruel
Sin color.
Y yo sólo puedo luchar
Y yo quiero la libertad
Y el cielo.
Debería
buscar canciones
y seguir.
Serviría
alguna vez
sólo vivir.
¿Alguna vez te preguntaste por qué y para qué naciste?
Es más sencillo embarrarse el espíritu y los sesos
en el lodo del ocio vacío y el marketing de la estupidez
que enfrentarse cara a cara con el sentido de la existencia.
Resulta más cómodo aferrarse a un par de respuestas
que seguir hurgando
sobre la profundidad del tiempo.
4-Eterna sed
Calma sin fin entre tu sal
Para entender los vientos del azar
Calma de un sol que brilla un poco más
Naciendo en la voz del que puede soñar.
Unos minutos tus luces quisiera
Para encender el fuego en el Nirvana
Y así poder vibrar.
Campos de miel esperando nacer
Soñando encontrar las llaves del Edén
Agua de un mar que quiero beber
Destino final de mi eterna sed.
Unos minutos tus luces quisiera
Para encender el fuego en el Nirvana
Y así poder vibrar.
El café no borra el tiempo que pasa
lava la nostalgia urgente
nos hace vivir esta mañana
que nace plateada
y con la
música de pájaros ciegos.
Dejamos de perseguir los ecos de un ayer inquieto
que aún existe en un rincón invisible
detrás de la luz de tus ojos
muy
profundo
casi llegando
a la raíz
del silencio.
5-Isla y noche
El número infinito de estrellas,
la luna que se esconde en el cielo,
el latir del amor.
Yo soy la noche.
El sentir mágica cada acción,
El sigilo del búho,
el reflejo en el río dormido,
la soledad de los amantes.
Yo soy la noche.
Mucho más que la continuación del día.
Mucho más que un cúmulo de sombras.
Yo soy la noche.
6-El hilo invisible y la humildad
Hay un hilo invisible que une todas las cosas.
La tormenta que sacude al cielo de la tarde pintándolo de sangre y luz. Las
olas que transforman al mar en una cordillera de bravías montañas de agua. El
leñador que hiere lentamente al árbol hasta hacerlo caer con su música de
vértigo. Un sacerdote dando la extremaunción a un hombre desgarbado y cansado
de la vida. El llanto estridente de un bebé al nacer.
¿Por qué nos hemos acostumbrado a vivir
repitiendo ceremonias que nos alejan de la naturaleza de la vida y del pulso
que da ritmo al universo? ¿Por qué nos parece imposible detenernos unos minutos
a sentir solamente el latido de nuestro corazón y su eco en el silencio? ¿Por
qué?
Comprender la existencia de una magia que
recorre todo lo vivo y aquello que alguna vez tuvo vida nos sirve para entender
que no somos seres con permiso divino para usar y desechar a nuestro antojo
cada espacio y cada elemento de este planeta. Nos sitúa en nuestro verdadero
lugar: diminutos e insignificantes puntos perdidos en la inmensidad de un
cosmos cuyo final y dimensiones reales aún ni siquiera intuimos.
¿Quiénes somos, entonces, para dictaminar sobre
la existencia o no de millones de formas de vida, amparados en intereses
meramente materiales o en la supuesta superioridad de la razón? ¿Quién nos
autorizó a corromper el agua cristalina de los lagos, a oscurecer las mañanas
con nubes radiactivas, a decretar un silencio de muerte en las selvas ayer
melodiosas? ¿Cómo podemos condenar a la indigencia a un número inconcebible de
nuestros propios hermanos y que esto nos parezca normal o solamente una falla
del sistema?
¿No necesitaremos, quizás, un baño urgente de
humildad? De lo contrario, habría que redefinir ya mismo el concepto de
humanidad.
7-En espera del sol
Quizás se impone recrearnos,
salir de la vorágine y beber de una bocanada
todo el silencio,
dar vuelta los ojos y mirarnos de verdad
para adentro,
hacer hoy las cosas que deseamos
y no únicamente las que debemos,
gestarnos de nuevo en esta noche rojiza
que huele a sangre y suena a lágrimas,
esculpirnos poco a poco
con el deseo que brota de los sueños,
perdernos entre alaridos de bestias
en la selva de los tiempos
y callar,
y llorar,
y gritar,
hasta que el día nuevo
estalle de sol y
de misterios.
Si te interesa colaborar con nuestro trabajo, puedes descargarlo desde Bandcamp o realizar una donación mediante el botón de PayPal ubicado en el sector inferior derecho de este blog.
Más información en:
https://pablojavierpiacente.bandcamp.com/album/recreado-2020-pablo-javier-piacente
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