Viene a mi cabeza una música vieja,
una melodía que no escucho desde la infancia.
¿Qué indescifrable capricho
de la energía indómita que nos puebla
desencadena un recuerdo no deseado?
¿Por qué súbitamente se unen los tiempos
(ayer y hoy,
mañana y ayer)
para hablarme de cosas que ya no entiendo?
¿A dónde van tantos instantes congelados,
tanto polvo acumulado por eones,
tantas lágrimas que mutan en risas?
Se esfuman en un parpadeo,
renacen vívidas, sonoras y coloridas en otro,
y vuelven a desaparecer.
Quizás alguien las maneja
desde algún extraño lugar
de nada y aire.
Yo soy solo un títere
moviendo la cabeza.
Por Pablo Javier Piacente.
Imagen: Jose Francisco Morales / Unsplash.
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