domingo, 5 de abril de 2020

"Recreado" (2020) - Pablo Javier Piacente



“Recreado” (2020)

Pablo Javier Piacente

1-El caminante
2-El pulso infinito
3-Camino de fuga
4-Eterna sed
5-Isla y noche
6-El hilo invisible y la humildad
7-En espera del sol

Letra y música: Pablo Javier Piacente.

Una producción de Sonido Cuántico Netlabel:

Licencia:
Creative Commons - Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)

Esta producción incluye tres temas inéditos (“El caminante”, “El hilo invisible y la humildad” y “En espera del sol”), junto a cuatro piezas que pueden denominarse “recreaciones”, ya que integran y combinan partes de temas ya editados. En “El pulso infinito” se integran “El pulso del universo” (2009) y “Triste mortal en lo infinito” (2009); en “Camino de fuga” se unen “Camino hipnótico” (2018), “Evasión” (1997, reeditado en 2009) y la poesía “Lodo”, incluida en el poemario “Poesía verdad” (2019); en “Eterna sed” se combinan “Sol” (2018) y “Las llaves del edén” (1999, reeditado en 2009) y en “Isla y noche” se fusionan “Isla” (2018) con la poesía “La noche”, incluida en el poemario “Laberinto de quimeras” (1994).

Grabados, mezclados y editados en Mar del Plata, Argentina.

Herramientas utilizadas por el autor e intérprete: voz, sintetizador de voz, loops y ritmos electrónicos, teclados, sintetizadores virtuales, grabaciones multimedia, grabaciones de ambiente, software de audio, manipulación sonora por ordenador, sonidos de libre descarga disponibles en Internet.

DESCARGA EN CALIDAD WAV, CON AUDIO, INFORMACIÓN Y GRÁFICA AQUÍ.

Image by Viergacht from Pixabay



Textos, por Pablo Javier Piacente:

1-El caminante

Camino por la misma calle que hicieron hombres hoy muertos, que pisaron a diario miles de hombres hoy enterrados, que escupieron borrachos hoy sepultados bajo cientos de capas de años. La calle es la misma: el asfalto, el empedrado o las baldosas pueden cambiar pero su presencia sigue intacta, siento su superficie que me contiene mientras camino, intuyo sus desniveles grabados en mi memoria.

¿Dónde están, en cambio, tantos hombres que la pisaron y hoy se pudren bajo tierra? ¿Querrán sus manos de huesos alcanzar este tiempo que yo vivo con las ansias de un niño que busca un dulce? ¿Recordarán el sonido de las primeras pisadas de sus hijos por esta calle, o el súbito encuentro con el amor en una tarde cualquiera, repetida pero única? ¿Dónde habrán quedado sus sueños, sus frustraciones y sus anhelos? ¿Dónde quedarán tantas palabras de mi boca cuando esta calle ya no me recuerde?

Bajo el pesado manto del tiempo, impune e impertérrito, los ojos de Dios miran el ocaso y los últimos rayos del sol bañan la calle. Se encienden mis zapatos.

2-El pulso infinito

Punto en todos los puntos
Luz que fluye de todas las cosas
Luna magnética que nos atrae al centro
Cielo verde dentro de tus ojos.

Círculo concéntrico tras círculo concéntrico
Agujero negro que consume el tiempo
Energía que viaja hacia la nada
para renacer en tu cuerpo
Infinita
Como la matemática
progresión de los días
Interminable
Como el devenir de la vida
que revive
microscópica
en el fondo de océanos rojos.

A la vez
la muerte concreta su diaria ceremonia
de pájaros antidiluvianos
que viajan
por secretas cavernas de lodo.

Pero ahí
invisible y potencialmente perfecta
está la vida nadando en un recuerdo muerto
haciendo perenne un momento que es
Todos los momentos
En los impulsos eléctricos de una neurona
que puebla
tu atormentado cerebro

de triste mortal.

3-Camino de fuga

Y volar sin pensarlo más
Y escapar de esta realidad
Hoy.

Y crear un nuevo lugar
Alguna razón nada más
Hoy.

Debería 
buscar canciones
y seguir.
Serviría
alguna vez
sólo vivir.

Y tu voz se va ya de aquí
Y el tiempo se vuelve cruel
Sin color.

Y yo sólo puedo luchar
Y yo quiero la libertad
Y el cielo.

Debería 
buscar canciones
y seguir.
Serviría
alguna vez
sólo vivir.

¿Alguna vez te preguntaste por qué y para qué naciste?

Es más sencillo embarrarse el espíritu y los sesos
en el lodo del ocio vacío y el marketing de la estupidez
que enfrentarse cara a cara con el sentido de la existencia.

Resulta más cómodo aferrarse a un par de respuestas
que seguir hurgando
                   sobre la profundidad del tiempo.

4-Eterna sed

Calma sin fin entre tu sal
Para entender los vientos del azar
Calma de un sol que brilla un poco más
Naciendo en la voz del que puede soñar.

Unos minutos tus luces quisiera
Para encender el fuego en el Nirvana
Y así poder vibrar.

Campos de miel esperando nacer
Soñando encontrar las llaves del Edén
Agua de un mar que quiero beber
Destino final de mi eterna sed.

Unos minutos tus luces quisiera
Para encender el fuego en el Nirvana
Y así poder vibrar.

El café no borra el tiempo que pasa
lava la nostalgia urgente
nos hace vivir esta mañana
que nace plateada
            y con la música de pájaros ciegos.
Dejamos de perseguir los ecos de un ayer inquieto
que aún existe en un rincón invisible
detrás de la luz de tus ojos
            muy profundo
casi llegando
            a la raíz del silencio.

5-Isla y noche

El número infinito de estrellas,
la luna que se esconde en el cielo,
el latir del amor.
Yo soy la noche.

El sentir mágica cada acción,
El sigilo del búho,
el reflejo en el río dormido,
la soledad de los amantes.
Yo soy la noche.

Mucho más que la continuación del día.
Mucho más que un cúmulo de sombras.
Yo soy la noche.

6-El hilo invisible y la humildad

Hay un hilo invisible que une todas las cosas. La tormenta que sacude al cielo de la tarde pintándolo de sangre y luz. Las olas que transforman al mar en una cordillera de bravías montañas de agua. El leñador que hiere lentamente al árbol hasta hacerlo caer con su música de vértigo. Un sacerdote dando la extremaunción a un hombre desgarbado y cansado de la vida. El llanto estridente de un bebé al nacer.

¿Por qué nos hemos acostumbrado a vivir repitiendo ceremonias que nos alejan de la naturaleza de la vida y del pulso que da ritmo al universo? ¿Por qué nos parece imposible detenernos unos minutos a sentir solamente el latido de nuestro corazón y su eco en el silencio? ¿Por qué?

Comprender la existencia de una magia que recorre todo lo vivo y aquello que alguna vez tuvo vida nos sirve para entender que no somos seres con permiso divino para usar y desechar a nuestro antojo cada espacio y cada elemento de este planeta. Nos sitúa en nuestro verdadero lugar: diminutos e insignificantes puntos perdidos en la inmensidad de un cosmos cuyo final y dimensiones reales aún ni siquiera intuimos.

¿Quiénes somos, entonces, para dictaminar sobre la existencia o no de millones de formas de vida, amparados en intereses meramente materiales o en la supuesta superioridad de la razón? ¿Quién nos autorizó a corromper el agua cristalina de los lagos, a oscurecer las mañanas con nubes radiactivas, a decretar un silencio de muerte en las selvas ayer melodiosas? ¿Cómo podemos condenar a la indigencia a un número inconcebible de nuestros propios hermanos y que esto nos parezca normal o solamente una falla del sistema?

¿No necesitaremos, quizás, un baño urgente de humildad? De lo contrario, habría que redefinir ya mismo el concepto de humanidad.

7-En espera del sol

Quizás se impone recrearnos,
salir de la vorágine y beber de una bocanada
todo el silencio,
dar vuelta los ojos y mirarnos de verdad
para adentro,
hacer hoy las cosas que deseamos
y no únicamente las que debemos,
gestarnos de nuevo en esta noche rojiza
que huele a sangre y suena a lágrimas,
esculpirnos poco a poco
con el deseo que brota de los sueños,
perdernos entre alaridos de bestias
en la selva de los tiempos
y callar,
y llorar,
y gritar,
hasta que el día nuevo
      estalle de sol y de misterios.

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Más información en:

https://pablojavierpiacente.bandcamp.com/album/recreado-2020-pablo-javier-piacente

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